Orfandades
Es una aurora singular en el panorama literario internacional. Novelista de éxito desde hace más de treinta años. Escribe poemas desde un lenguaje personalismo.
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Es Eros en… canto una celebración del amor y del sexo como fuerza vital y transformadora, capaz de convertir a los amantes en un solo ser, totalmente animal, totalmente espiritual, que transciende a la mera suma de sus cuerpos. El deseo, el placer y la entrega, los jadeos, gemidos y sudores se transforman en poemas y conforman un libro ardiente e inteligente que estimula los sentidos y la razón. Y es que a través de su inagotable y creativo catálogo de metáforas de las más líricas a las más audaces y divertidas, Bella Clara Ventura nos recuerda que estamos vivos y que, al menos en el rato que tardamos en susurrar un poema, prolongar las caricias y dilatar la explosión, somos eternos.
Puede decirse, en consecuencia, que Eros en… canto se constituye en un frenesí de los sentidos y en una distribución estética de los erotismos que atraviesa todo límite y, al mismo tiempo, en un canto/confesión personal, cuyo vitalismo exuberante se comunica y se comparte en cada poema.
Es una aurora singular en el panorama literario internacional. Novelista de éxito desde hace más de treinta años. Escribe poemas desde un lenguaje personalismo.
Carrusel de emociones, no es un juego de niños. Es la muestra viva de la pasión que gira a nuestro alrededor con su rostro de amor y de dolor. Hace parte de la colección de Bella Clara Ventura donde leemos sus impresiones de vida y muerte. Este exaltación de la existencia nos devuelve al camino de la poesía. Los versos dan testimonio de cómo conversar con las estrellas para hacerlas presentes en este camino de misterio y alegría, de locuras y mariposas prominentes, inicio de un carrusel, pirueta de nuestros sentimientos.
Bella Clara Ventura hace parte de esta Antología prologada por la poeta Maruja Vieira quien anota en alguna parte de su texto «Si la poesía es sencillamente otra manera de mirar la vida, este libro enseña dieciséis maneras de vivir el amor, la tristeza y la ausencia, el dolor de la patria herida, el vuelo del albatros que enfrenta tempestades y los jardines místicos que rodean la memoria de los que ya se fueron».
La luz, ese impasible milagro que aligera la muerte, está vívido y ebrio, en este libro de Bella Clara Ventura. Precisamente en el poema, LUZ, dice la autora: “Trae el espectro de un collage/ cuando la luz comprime el color/ para dejarlo en la esencia/pura/ del prisma”, y ella es su anfitriona, porque la recibe, la atrae, la toma como rayo para eyectarla al infinito y la resume en una mirada.
Las prestigiosas Carmen Hernández Peña e Ileana Álvarez, poetas y ensayistas de Ciego de Ávila, Cuba, expresan en el prólogo de este libro: “Esta mujer es muchas mujeres a la vez, y no es vergonzante de ninguna de ellas, al contrario. Bella disfruta cada una de las Bellas que porta,” y más adelante aseguran: …” un libro mágico en el que no es su huésped el protagonista, sino la luz, una luz que emana de quien no ha escrito y se reparte, también asimétricamente, según el que sea capaz de percibirla.”
La personalidad de Bella y la certeza de su fulgor, son un desafío constante representado en este poemario que presenta para sus lectores a nivel internacional, con la seguridad que se encontrará en él un verdadero manifiesto de vida.
Cincuenta y cinco días sin ti, hace parte de una colección llena de pasión y originalidad para sugerir que el amor brilla incluso durante la ausencia. Hablar de amor no siempre es fácil porque el sentimiento es intenso. Nos aborda cuando toca nuestro corazón y nos muestra las distintas posibilidades de intercambio con la magia del otro en la búsqueda de uno mismo. Una vez concebido, la pasión se cuela en poesía, las metáforas se desbordan y los versos hacen eco del alma cuando se experimenta la distancia. La búsqueda de palabras se convierte en sinónimo de conquista y separación. La palabra se combina con ternura y besos. Las caricias brotan bajo un sol tropical en comunión con los continentes, América, África y Oriente Medio, y es el idioma francés el que crea el vínculo entre estos dos seres que viven cincuenta y cinco días separados. En esta colección, el amor se dimensiona en torno a su propio misterio.
La importancia que reviste este libro para la escritora y para el arte poético, se presenta en forma de díptico. Por un lado, la experiencia de escribir desde su propio silencio, en búsqueda de un ritmo poético escondido en cada palabra anudada a una palabra más para formar el verso y, por el otro, una tendencia estética que retrata la realidad sin provocaciones, la advertencia de un sol que la abraza todos los días, así llueva y esa luna que sin rodeos la provoca y la incita a conversar con la noche.
Elevada a través de metáforas indómitas la poesía de este libro se realza en un lenguaje audaz, limpio, que responde a una concepción profunda y coherente del mundo que le asalta a cada instante. Es su mundo con el otro, donde la pregunta no tiene respuesta sino conclusiones, donde el interrogante se ahoga en su propio rito para quedarse estático, como suspendido, sin saber a dónde ir. Aquí la rima puede ser o no, un factor esencial de la tonalidad, del ritmo, de la sucesión de acentos, es fundamental para la interpretación de los poemas haciéndose evidente la ineludible verdad de un tiempo subjetivo.
En términos de precisar una tendencia literaria, podríamos atrevernos a encontrar una afinidad con el estilo poético de Nicanor Parra, hablaríamos entonces de “la poesía de lo cotidiano”, con una diferencia relevante y es, la de los giros verbales torneados por atmósferas surrealistas. Es esta mixtura la que define un estilo propio y genuino, que hace de su mundo poético una trasmutación de todas sus vivencias.
Claudia De Greiff